sábado, 15 de agosto de 2009

Paisajes

Ya les he compartido algo sobre mis gustos en personajes ficticios; ya les he compartido parte (per aún no todo) de mis fantasías eróticas; ya les he compartido algo de mis pensamientos. Hoy toca hablarles un poco sobre paisajes.

En primer lugar, y muy personalmente, no me gustan los paisajes secos desérticos... demasiado calor; asi que cuando tenga mi completa independencia financiera (y si no nos llega los cambios severos de clima predecidos por los científicos para los próximos años) me pintaré de colores de aquí, del norte de México y emigraré hacia mejores tierras (climática y moralmente hablando).

A veces me vislumbro en la fría y muy acogedora Escocia, visitando castillos, sentado sobre una amplia y verde colina contemplando sus oscuros y fríos paisajes, disfrutando de la enigmática y relajador paisaje nocturno; toda una experiencia bohemia para mí.


O me gustaría la siempre liberalista y amable Suecia; me gustaría tener un pequeño departamento en la gran ciudad, limpia y cuidada de Estocolmo o Goteborg, o una pequeña casa en el agua como la que muestra la fotografía. Me agradaría tener una cabaña en lo recóndito de sus paisajes nevados, disfrutar del calor que emana de la chimenea, beber una buena taza de chocolate caliente mientras esucho el único sonido que puede relajarme al instante: el crepitar del fuego; me agradaría pasar con mi chico (por supuesto, cuando tenga novio porque ahora no tengo...) días románticos frente a esa chimenea, acostados el uno junto del otro, sobra colchas mientras me abraza tiernamente; me gustaría organizar fiestas navideñas en grande en dicha cabaña, el 24 de diciembre, el 25 de diciembre y el 31 de diciembre, invitar a todos mis amigos y a sus respectivas parejas a pasar la noche buena, navidad y año nuevo en esos paisajes nevados suecos, compartir con ellos la alegría efusiva que producen los muérdagos, las luces navideñas que adornan los árboles, los regalos, el ponche, las copas, el pavo, las "margaritas", las sonrisas, la unión...



O en la siempre helada, con un toque nórdico, rústico y con paisajes variados Islandia. En ese sitio suelo imaginarme viviendo en sus puertos, cercano a ellos, en una casita rústica, modesta, humilde, típica de los desembarcaderos: hecha de madera, entre una calle cubierta del aroma del mar y entre callejones de casas y negocios similares, con una lámpara de aceite iluminando el exterior, con dos cuartos: uno lo suficientemente amplio para albergar una pequeña cocineta, la humilde estancia con sus muebles modestos pero cómodos y el comedor, hecho completamente de madera parcialmente barnizada, no lijada; y otro para albergar mi cama, mi mesita de noche y un pequeño escritorio.



O en la diversa, inclusiva, fría y hospitalaria Canadá. Probablemente Toronto. En ese país me imaginó a mí solo (o acompañado del chico que podría ser mi pareja) recorriendo la ciudad de noche: de compras, en cafés, en puertos, con los amigos cercanos disfrutando de la velada en alguna casa, y en general observando la imponencia de sus puertos mientras me abraza...


O, por último, en la liberal y siempre otoñal Vermont, en EUA. Personalmente ahí me gustaría tener una casa en el campo, para disfrutar de sus verdes praderas adornadas con las distintas tonalidades de los follajes de sus árboles. Pasar los otoños ahí, solo o en compañía de quién será mi pareja (y, por alguna extraña razón que hasta la fecha desconozco, pero se me antojaría enormemente celebrar Halloween en Vermont, jeje)


En diferentes países, en diferentes situaciones; casi todos de clima frío... amo la naturaleza.

2 comentarios:

  1. me han encantado las fotos. Yo desearia poder vivir en un publito pequeño, donde poder hablar con todo el mundo, donde poder ayudar a las personas mayores, donde ser feliz con mi pareja (futurible) y con los hijos (me niego a descartarlos)

    Un besito cielo

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  2. Yo no sé si quisiera hijos Alex. Antes deseaba tenerlos con todo el corazón... pero ahora como que estoy cambiando de opinión; aparentemente me he dado cuenta que apenas y ando aprendiendo a cuidar de mí mismo, cuidar niños es una tarea durísima que la verdad no sé si pueda llevarla a cabo algún día. Aparte con las grandes ganas de espíritu viajero que traigo, de comer "mucho mundo", creo que a fin de cuentas no le pondría la atención que se merece al menor. Pero bueno, todo es posible y los pensamientos pueden cambiar con el tiempo jejeje :-P

    Que bueno por ti que demuestras humildad y sencillez; a veces un pueblo pequeño es un mejor lugar para vivir que una urbe ruidosa jejeje :-S

    Un abrazo!

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