Sin embargo, habemos otros gays que nos tiene sin el menor de los cuidados los "que dirán, que pensarán", porque ultimadamente no es su asunto, no les debería de importar, no deberían ponerse "fóbicos" porque es una cuestión que para empezar ni les afecta (y de ponerse fóbicos solo reflejarían que tienen severos problemas de límites con su propia sexualidad), y finalmente porque ellos a fin de cuentas "no nos mantienen"; como dicen por ahí: callamé cuando me mantengas.
Nosotros, los gays que no tememos y nos vale un comino lo que hablen o piensen de nosotros, no nos incomoda o asusta el que dirán... sino la reacción que la revelación pueda sucitar. Por ejemplo, algunos gays suelen esconder su orientación sexual en su trabajo no porque tengamos conflictos para aceptarnos (aunque este podría ser el caso de otros), sino por la inminente amenaza de renuncia espetada por el jefe homófobo en turno; a veces ocultamos la orientación sexual a nuestras familias no porque tengamos "homofobia internalizada", sino porque sabemos que el reaccionar de nuestros padres o hermanos será poco favorables: terminaremos en la calle cuando todavía se es menor de edad o dependiente, o probablemente suframos de agresión alguna; no comunicamos a las autoridades correspondientes las agresiones que podamos sufrir a causa de nuestra orientación sexual no porque tengamos vergüenza (aunque a veces este pueda ser el caso), sino porque sabemos que en la mayoría de las ocasiones, cuando no en todas, no solo no obtendremos respuesta de justicia, sino todavía más agresiones.
¿Que se debería hacer en un entorno donde no se puede correr a ningún lado, porque en todos los sitios no encontrarás la justicia merecida? Solo una cosa: un frente en común, gays unidos que nos apoyamos los unos a los otros, solo de esa forma podremos confrontar, exigir justicia, y soportar. Existe otra solución, pero es individual y al alcance de unos cuantos: huir a mejores aires.
